En este caso, el visitante inesperado es la Diabetes Tipo 1 que trae consigo cambio, miedo, incertidumbre, angustia, inestabilidad y otros sentimientos.
Además obliga a la familia a acostumbrarse al hospital, a la insulina, tener varias citas con los especialistas, y a aprender sobre varios términos o cosas de las que no tenían conocimiento.